Distinguir entre gasto e inversión se vuelve importante si deseamos realizar compras inteligentes. En una definición básica y generalizada se puede diferenciar por un retorno de inversión a mediano o largo plazo. Mientras que la inversión además de cubrir una necesidad o deseo, en un futuro asegurará un rendimiento por el bien que hemos adquirido. Por su parte un gasto implica también la satisfacción de necesidades o deseos pero que no serán retribuibles en el tiempo, es decir, se gasta por una contraprestación.
Hablando del sector inmobiliario es importante saber que es una de las industrias mas redituables por algunas razones como la plusvalía, que es el valor añadido con el paso del tiempo por factores como el desarrollo general de la zona, las inversiones de construcción y/o remodelaciones que tenga nuestro inmueble entre otros. Esto permitirá no solo habitarla o adquirir ganancias por arrendamiento sino que también adquirirá valor añadido, por lo que al termino de un crédito, por ejemplo, la propiedad valdrá más de lo que hemos pagado inicialmente por ella.
Hablando de gastos, podemos poner como ejemplo la adquisición de un vehículo nuevo, este, a diferencia de un bien inmueble, su valor inicial será el máximo alcanzado, con el paso de los meses y años su valor decrecerá constantemente, sin contar con los gastos adicionales que tenerlo representa. Si partimos de la definición mencionada, es un gasto de transportación.
Si deseamos cuidar nuestro dinero, especialmente en épocas de crisis, es importante distinguir estos dos conceptos y aplicarlos a las decisiones de compra que hemos de tomar en un futuro. La adquisición de una vivienda te asegura no solo un lugar para vivir sino una solución de ahorro y generación de valor a partir de un inmueble.
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